El jefe de Microsoft, Steve Ballmer, no es el líder adecuado para la
compañía de software más grande a nivel mundial pero mantiene su control
sobre ella sistemáticamente, expulsando a cualquier gestor que desafíe
su autoridad, según afirma un exalto ejecutivo que ha escrito un libro
sobre su estancia en el empresa.«Para que Microsoft pueda conseguir
realmente ser de nuevo parte del juego, se necesita un gran cambio en la
gestión», dijo Joachim Kempin, que trabajó en Microsoft entre 1983 y
2002, supervisando las ventas de software Windows a los fabricantes de
ordenadores. «Por mucho que yo respete a Ballmer, él podría ser parte de
eso al final».
Fuente: Altadensidad.com
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